domingo, 26 de diciembre de 2010

I've watched you change.

(Not) Everyday Is Like Sunday

Hoy, me levanté creyendo que era lunes. Me levanté con la esperanza de que fuera lunes.
Me deprime ver todos los negocios cerrados y pensar que dentro de ellos ya no hay nada más que las ruinas que dejó a su paso el huracán de consumismo que arrasa con todos en esta época en que pènsamos tanto en el Niño Dios, en la familia y en cuantas cajas de sidra hay que comprar.
En fin, sólo hay algo peor que los domingos y son los domingos que fueron precedidos por un feriado, en especial si ése feriado tiene la magnitud del que acabamos de pasar, que deja la calle desolada y esperando a que pase la planta rodante para darle el toque final a la escena de pueblo fantasma.
Los feriados que caen sábado son horrorosos porque son un día que parece domingo antes de un domingo verdadero y a mi los domignos no me gusta. Me deprimen y ni siquera están abiertos los kioscos como para ahogar mis penas en Mantecol.
Oh, Domingo, ese día tan especial, que  nos empuja y nos empuja hacie una profundidad mental que sólo puede darse el único día en que la tele no nos hipnotiza porque sólo tiene para ofrecernos repeticiones de las repeticiones de los Simpsons y películas que fueron filmadas antes de que se inventara el ingenio. Y nosotros, aguantamos porque debemos aguantar hasta que sea lunes y volvamos a las insustanciales actividades que alejar de nuestras neuronas cualquier tipo de pensamiento sobre la vida misma que pudíeramos llegar a concebir, como quien aleja las moscas con el espantamoscas de plástico.
Pero mañana es lunes y ya puedo volver a distraerme de mi misma con las miserias de otra gente que no es acosada por esos fantasmas míos que tanto conozco sino por el Dr. Cormillot o Jorge Rial y así, va a estar todo bien. Mañana.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Hate this & I'll love you (II)

Hate this & I'll love you.

Siento que la mayor razón por la que se extiende cada vez más la brecha espiritual entre algunas personas y yo es que ellos piensan que las palabras que un centroamericano escribió cuando probablemente estaba en una situación de estufacientes pueden llegar a ser románticas.
En mi cerebro el romance y Arjona no se relacionan para nada.
Gracias a Dios.


martes, 14 de diciembre de 2010

Claves para un mundo mejor.-

Nihil novi sub sole

Hace unos cuantos años, antes de que yo empezara a preocuparme por el paso del tiempo y cuando todavía creía que las personas de 15 o 16 ya eran 'grandes', me presentaron una biblioteca, grande, espaciosa, un edificio que que para mi debe tener un siglo por lo menos; y que si no lo tiene, parece que así lo fuera porque llena la falta de antiguedad con la personalidad, porque sí, puedo jurar que ése lugar tien vida propia y , por lo que sé, cuenta más historias que los libros que allí se alojan, pero todo eso es otro cuento...
Lo que hoy me llevó a escribir estas líneas es el recuerdo de uno de los libros que agarré el azar cuando paseaba por entre los estantes repletos en esa biblioteca.
Ni siquiera examiné la tapa con mucho detalle. Abrí el libro en algún lugar, cualquiera y leí lo que había.
Era una crónica de Roberto Arlt, y la leí y me quedó grabada por mucho tiempo, aunque nunca podía acordarme de quien la había escrito.
Diez años después, cuando tuve que elegir un libropara hacer una monografía. Cualquiera, dijo el Dr.  y después de pasar por muchas opicones volví a elegir uno de Arlt, sin estar segura de cómo llegué a tomar ésa desición ni porqué.
Familiar, creo que me parecía familiar. Conocido. Seguro.  Así, como era el mundo en los días en que lo descubrí por primera vez, aquella vez en que no pude retener su nombre.
Las vueltas que da la vida, no?
En realidad nunca hay nada totalmente nuevo, ni nadie a quien no haya conocido anteriormente de algún modo.
Siempre elegimos de la misma manera. Lo mismo y a los mismos.